jueves, 25 de marzo de 2010

Salmo 28: "No te hagas el sordo, roca mía"


Señor: A ti clamo: no te hagas el sordo, roca mía. Porque si tú no me oyes, seré semejante a los que bajan al sepulcro.


Oye la voz de mi oración, cuando a ti grito. Cuando elevo mis manos, oh Señor, hacia tu Templo Santo.


No me arranques con los pecadores y los malhechores, con los que hablan de paz con sus hermanos y llevan la maldad en el alma.


Págale tú de acuerdo a sus obras, y según la malicia de sus crímenes. Págales y dales su merecido.


Poraue no miran los hechos del Señor, ni atienden a las obras de sus manos: Destrúyelos y ya no se levanten.




Bendito sea el Señor, porque ha escuchado lavoz de mi plegaria.


El Señor es mi fuerza y mi escudo.


Esperé en él y me socorrió. Por eso me legro y le canto agradecido.


Firmeza es el Señor para su pueblo, defensa y salvación para su ungido.


Señor, salva a tú pueblo, bendice a los tuyos, pasteréalos y condúcelos tú eternamente.


Palabra de Dios


Salmo 28

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