miércoles, 10 de febrero de 2010

Geomancia



La Geomancia original sólo se mantiene en la escuela de “Wang Bath”, escuela que desde 1950 no tiene sede oficial, pues desapareció con la invasión china. Desde entonces estos monjes son seudo-nómadas. En ella los maestros-monjes tienen una forma muy curiosa de transmitir sus conocimientos, pues éstos no se escriben, ni se leen, sólo se adquieren en la vivencia compartida mediante la técnica de “Simpatía” o atracción de las fuerzas (energías) complementarias.


Desde la observación con mente occidental, el maestro-monje aparentemente no enseña, no dicta que y/o como se deben hacer las cosas, solo ayuda a que los iniciados aprendan por sí mismos, saquen sus propias conclusiones y adquieran un conocimiento inicialmente intuitivo que luego deben desarrollar de una forma analítica y científica. Se les suele requerir para armonizar (mejorar) espacios naturales degradados, ubicar y asesorar en la construcción de templos, parideras, cementerios e incluso viviendas…


En un principio su práctica se realizaba con un ejercicio de “meditación dinámica”, caminando, en un estado de amor contemplativo. Cuando el entorno es apreciablemente hostil se ayuda de un sensor denominado “vitalevógiro”, consistente en un péndulo suspendido del extremo de una varilla en forma de “L”, o “ ¬ “ con los extremos redondeados. En determinadas circunstancias también se recurre al Bagua y al I Ching.
Hoy en día, los maestros geomantes de la escuela de Wang Bath, además, miden con equipos sofisticados (electrónicos): la radioactividad, la ionización, la intensidad y variación del campo magnético terrestre y otros parámetros que determinan las condiciones energéticas del lugar. También realizan analítica bioquímica del suelo y de los materiales con los que se va a realizar la construcción, para determinar las actuaciones que requiere el lugar a regenerar.


Según algunos escritos que se encontraban en el monasterio de Triten Norbutse, Tíbet, (antes de la ocupación china y tras los incidentes de “La Revolución Cultural” se desconoce su paradero), se relata que

“Hace unos 17.500 años, un buen hombre de avanzada edad, encontrándose en las faldas del monte Kailash,
y paseando a su alrededor (a esta práctica se la denomina Kora) se inició en el estudio de las corrientes de energías vitales, que animan a todo elemento vivo…”
Aquí es donde encontramos el relato más antiguo de la práctica esencial de la geomancia, práctica que se extendió y diversificó por todo Oriente y de la cual nacieron muchísimas corrientes culturales, místicas y religiosas.

Hace unos 8000 años, la Geomancia de la Totalidad y/o Unidad se diversificó en varias tendencias, de las cuales caben destacar:

La Geomancia Materialista: de ésta se han derivado las escuelas más importantes que estudian el medio físico y sus transformaciones. Son los centros de investigación, escuelas de oficios, universidades, los alquimistas.


La Geomancia Espiritual: de ésta han nacido las escuelas más importantes místico-religiosas, a destacar el taoísmo, el bon, el budismo, la mesopotámica, entre otras.


La Geomancia del Resentir: de ésta han nacido las escuelas más importantes de percepción, las más destacables son la medicina oriental, el feng sui y las bellas artes: música, danza, pintura, poesía.

La Geomancia Adivinatoria: de ésta han nacido las escuelas más importantes de premonición y adivinación, como el Tarot, el Iching, la astrología.


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Las Mancias

La palabra mancia significa "adivinación", y de acuerdo a la voz que la compone es el método utilizado para la predicción: aeromancia, a través de las señales e impresiones del aire; cristalomancia, mediante espejos mágicos o bola de cristal, etc. Cualquier fórmula puede ser usada para predecir, dependiendo del adivino su interpretación.En la Antigüedad constituyó uno de los elementos fundamentales de muchas religiones, y se recurría a ella para cuestiones de carácter no sólo privado, sino también de orden público.

Las técnicas empleadas por los adivinos eran tan numerosas como variadas, y así pueden citarse como las más conocidas de la época: los sacrificios de animales y el examen de sus vísceras, el vuelo de las aves, la interpretación de los sueños, algunos fenómenos naturales, la quiromancia, etc.

La adivinación ha existido, y existe aún, en todas las épocas y culturas y en todos los estratos sociales. Los métodos fueron perfeccionándose y separándose de lo meramente adivinatorio. Toda técnica requiere un modelo a seguir. Lo que antes era patrimonio del intérprete, se transforma en un patrón de coincidencias que se agrupa estadísticamente y forma los prototipos que servirán para las interpretaciones básicas.

Así, deja de ser un arma de adivinación (incomprensible para el profano) para convertirse en un camino de orientación, donde comienza el análisis de símbolos, formas y hasta eventos históricos o culturales de la época y entonces quien lee las cartas, haciendo su propia interpretación, se llamará cartomante y el que analiza los símbolos y figuras, tarotista; los que realicen predicciones supuestamente "precisas" a través de los astros harán Astromancia y los que analicen los parámetros y marquen posibilidades, Astrología.


Es muy difícil marcar el límite, para hacerlo hay que conocer la técnica y saber cuándo el operador está manejándose con datos, o significados básicos, y cuándo está produciendo algún fenómeno paranormal (telepatía, clarividencia o precognición).


Tampoco hay que olvidar que muchas de estas mancias, llamadas por los "sabios" "género de predicciones, supercherías incongruentes y subsistentes contra toda base racional" (adivinación- Diccionario de Parapsicología, Morel y Moral), fueron la cuna de algunas ciencias: la Astrología de la Astronomía (con la que permaneció ligada hasta comienzo de la Edad Moderna), la Numerología de la Aritmética (previo paso por la Aritmomancia), y otras.

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BIBLIOMANCIA: consiste en permitir que un libro caiga abierto y leer las primeras palabras o la frase que sus ojos enfoquen. Aunque en el pasado se utilizaban libros sagrados, como la Biblia, lo ideal hoy en día es practicar con cualquier libro con el que se sienta una especial afinidad. Es muy corriente la utilización de los clásicos para este propósito.


BOTANOMANCIA: Adivinación por medio de hojas o ramas de verbenas o brezo, sobre la que los antiguos grababan los nombres y preguntas de los consultantes, cuando hacia un fuerte viento por la noche, iban a ver muy de mañana la disposición de las hojas caídas y las adivinas procedían por aquel medio lo que el pueblo deseaba saber


CAFEMANCIA: Adivinación por medio del los posos del café. Para esta técnica, se aprovecha el café que ha quedado en el filtro y se calienta nuevamente. Un instante antes de que el mismo hierva, se retira del fuego. Se deposita una pequeña cantidad en un plato blanco, se revuelve y se quita el exceso de agua. Se deja secar y con detenimiento se descubrirán las diferentes figuras extrañas que en realidad representan formas conocidas


CAPNOMANCIA: esta adivinación se practica contemplando el humo que desprende un fuego o una hoguera. Los presagios son buenos cuando el humo asciende en vertical. Si se queda abajo significa que tal vez se estén fraguando dificultades.


CARTOMANCIA: Arte de predecir el futuro por medio de las cartas.


CARTOPEDIA: se basa en el estudio de la planta de los pies. Los terapeutas alternativos desarrollaron este principio en forma de diagnóstico y curación de enfermedades por medio de la estimulación de zonas concretas de la planta del pie (reflexoterapia).


CATOPTROMANCIA/CATAXTROMANCIA: es una forma de cristalomancia que consiste en captar los rayos de la luna en un espejo o que se suspende bajo el agua para leer los reflejos. Los espejos mágicos se hicieron muy famosos en la Edad Media.


CEROMANCIA: Adivinación por medio de las gotas ceras que se derretían y las hacían caer en un baso de agua para sacar presagios según, las figuras que se formaran.


GEOMANCIA: Adivinación por la tierra, consiste en arrojar un puñado de polvo en el suelo o encima de una mesa para observar los sucesos futuros por las líneas y figuras que aparecían. Otra practica era, trazando en la tierra líneas o círculos sobre los que se creían poder adivinar lo que se anhelaba, dependiendo de las figuras que salían, así profetizaban.